¿Vale la pena ir a un Bootcamp de Daniel Tirado ?

Antes de hablar sobre la experiencia en sí misma del bootcamp de Daniel Tirado, siento la necesidad de contextualizarlos un poco acerca de lo que me llevó a ir a este tipo de eventos para que logremos comprender desde otra perspectiva el artículo.

En ese momento de mi vida previo al evento, me encontraba en una posición de estancamiento, es decir, tenía una vida estable y en alguna forma cómoda, pero me estaba quedando sin un rumbo o un norte que seguir y eso hace que aún sin ser conscientes, vayas perdiendo la motivación de hacer las cosas y poco a poco dejes tus sueños a un lado.

Al darme cuenta de esa situación vi como durante los últimos 4 años pensaba que debía darlo todo por mis hijos y mi esposa, y ¡claro que debo hacerlo! Pero debo hacerlo de la forma correcta sin dejar a un lado el pensar en mi y en los sueños que de niño me prometí que iba a cumplir.

Este principio lo aprendemos de manera muy sencilla y clara dentro de un avión. Para ese número reducido de personas que en cada vuelo sin falta prestamos atención a las azafatas cuando nos dan las indicaciones de seguridad, será muy fácil recordar el dramatizado donde nos enseñan que, para poder ayudar de manera efectiva a otros, primero debemos ayudarnos a nosotros mismos. Y es ese pequeño detalle que estaba olvidado aplicar en mi vida, intentaba ayudar a otros mientras yo me iba ahogando en pre-ocupaciones, y digo pre-ocupaciones con el guión en medio ya que realmente no me estaba ocupando de lo realmente importante y permití por holgazanería que muchas oportunidades pasaran de largo o murieran agonizando en mis brazos mientras las miraba de manera indiferente.

Ahora sí hablemos del Bootcamp

Al llegar al Bootcamp de Daniel Tirado entendemos que serán 8 días compartiendo con personas a las que no conocemos, personas que llegan con diferentes motivaciones, diferentes expectativas; es un mix de culturas y creencias que embriagan lo más profundo de nuestro ser. Partiendo de ahí, les puedo adelantar que hoy por hoy ya no somos sólo simples desconocidos que compartieron un taller de emprendimiento, somos seres humanos conectados por un hilo rojo del destino con un común denominador de querer dejar huella en el mundo para no ser olvidados como cenizas que se las lleva el viento.

Fueron 8 días que, entre compañeros de estudio y profesores altamente calificados, formamos un lazo de amistad, mirando al miedo a los ojos y diciéndole con voz firme que no nos detendría, que dábamos un paso adelante superando cualquier obstáculo que se le pudiera ocurrir poner en nuestro camino. Ya no estábamos presos de nuestras limitaciones, pues sabíamos que el cielo ya no era el límite. Despertamos nuestro instinto más íntimo como seres humanos, la curiosidad por emprender nuevas aventuras y volar más allá que cualquier otra persona, alcanzar las estrellas con nuestras propias manos.

En cuanto al contenido visto, sólo puedo decirles que es algo que rompe muchos paradigmas. Haciendo a un lado el nivel en que te encuentres, cada día descubres un dato nuevo para agregar a nuestra biblioteca del conocimiento. Esto mismo nos recuerda que sin importar lo que creamos saber, siempre habrá algo nuevo por aprender.

Algo que no puedo pasar por alto, es el equipo con el que trabaja Daniel. Todos los instructores son unas leyendas en sus temas, con secretos tan profundos como un horizonte de eventos de un agujero negro pero conservando ese calor humano, esa alegría y pasión que no te dan la oportunidad de ni siquiera bostezar aún en la hora favorita de Morfeo.

Las señoras encargadas de la alimentación, además de darle un toque exquisito a cada plato para deleitar nuestro paladar, nos sorprendían cada mañana con sus sonrisas y amabilidad. Una comida tan deliciosa sólo digna de los Dioses, que nos transportaban con solo probarlos a lugares tan mágicos que iban más allá de nuestros cinco sentidos y así justificaban el nombre del lugar en donde nos encontrábamos, La Montaña Sagrada.

Y como broche de oro, sólo tengo palabras de gratitud para estas tres personas que nos abrieron sus puertas y nos hicieron sentir como en casa. Daniel Tirado junto a su esposa Diana o como la conozco yo, Anahid, son sinónimo de valentía y perseverancia, y Jhon Chinome, hombre carismático y al servicio de los demás; son personas que estuvieron acompañándonos en todo este proceso de transformación, compartiendo sus experiencias y mostrándonos el lado alegre de la vida. Inspirándonos con sus historias, lograron crear un impacto en nuestro ser, que, de manera responsable como diría el profesor Chuck, dejaron una semilla, la cual, con el adecuado cuidado, germinará y dará fruto que inspirará a millones de personas.

Si están leyendo este artículo, gracias Daniel, Diana y Jhon por su atención y dedicación. Por compartirnos su humanidad, a partir de ese momento se han vuelto una pieza clave en nuestras vidas. Nunca los olvidaremos.

Entonces… ¿Sí vale la pena asistir?

 Un rotundo sí. Como dejé claro en párrafos anteriores, no sólo se trata del conocimiento teórico, ni siquiera del práctico, mas bien se trata de lo experiencial, de lo que podemos imitar en nuestras vidas y mejorarlo. Aquello que abre nuestros ojos y nos permite ver más allá de nuestras limitaciones al poder reflexionar que si Daniel Tirado pudo, nosotros también podemos, tenemos lo necesario y sólo debemos persistir en llevarlo a cabo.

Así que estimado lector, si tuvo la valentía de llegar al final de este artículo, es porque tiene todo lo necesario para llegar al final del camino, alcanzar la meta y mirar atrás con orgullo todo el sacrificio y esfuerzo que no salió de nuestra mente, sino del corazón.

¿Y saben qué es lo mejor? Se abrieron los 2 últimos cupos para un bootcamp que no se repetirá nuevamente. Empaquen su motivación, dejen atrás sus miedos y emprendan esta nueva aventura de ser cazadores de sueños. Nos vemos en la cima de la Montaña Sagrada. 

Claro, no puedo despedirme sin antes darle un agradecimiento de corazón a la profe Carolina, que con su sonrisa nos trasmitió ese amor por la escritura y nos enseñó a transformar sentimientos en palabras. En Cetaceo:  Graacciiiiiiiaaassssss

Escrito Por adminn

El 31 Mar, 2020

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